IRON MAIDEN – THE X FACTOR – 1995
En esta década de los años 90 solo habían dos opciones: renovarse
o morir y definitivamente esto le iba a pasar a la doncella de hierro después de
la salida de su cantante Bruce Dickinson por diferencias creativas y no se que
rollos más. Ahora con la entrada del ex Wolfsbane, Blaze Bayley, todo parecía
que iba a cambiar y así fue. A Steve Harris no le quedó de otra que llevara a
su banda hacia otra dirección y es que esto lo consiguió gracias a los fuertes
coqueteos con el rock progresivo que vimos en discos como el “Seventh son of a
seventh son” (1998) y a las ganas de hacer una canción larga, como fue “The sign
of the cross” hasta ese entonces, la segunda más larga después de “Rhyme of the
ancient mariner” de su disco “Powerslave” (1984), lo cual me queda claro ya que
al componer este tema hicieron alusión a la novela “El nombre de la rosa”. Las
guitarras fueron reestructuradas desde cero, logrando unos riffs más centrados,
un tanto más pesados, ya no escuchamos las armonías características de la era
de Adrian Smith - aunque ya se supo que no fue él el de la idea de armonizar
con terceras sino de Dennis Stratton – y cuyo sonido explotaron hasta su
salida, dejando a esta banda en una deriva que los llevó a reducir su capacidad
compositiva al mínimo, lo cual fue resanado perfectamente en este material, el
décimo de su carrera. Hicieron un disco de buena calidad, con canciones
adaptadas a la voz más grave y de un timbre más sombrío de su nuevo cantante lo
cual le dio a la banda en sí un sonido bastante más oscuro y destino a lo que
hicieron en sus discos anteriores. Estructura musical que siguen usando hasta
hoy. Solos bestiales, temas muy lentos en sus introducciones la mayoría con
pasajes acústicos o semi acústicos (como burla a Bruce que quería hacer algo
así), una batería de Nicko McBrain que suena salvaje, muy realista el sonido y
sin filtrar, temas muy sobrios y mucha madurez musical, haciendo un disco
bastante asombroso que con el pasar de los años se escucha desde una óptica
diferente lo que nos hace analizar que en su momento no se le dio la
oportunidad a Blaze Bayley de consolidarse como el nuevo frontman de la banda
gracias a las mentes cerradas de muchos disque metaleros de ese entonces que odiábamos
a muerte al movimiento grunge de esos años. Un trabajo que sigue siendo
espectacular después de 25 años de haberse grabado y que sienta el inicio de
unos cambios en esta banda que ya le hacían falta si no es que iban a acabar
como muchas más de ese entonces. La producción es excelente, la grabación es
magistral, todos los detalles cuidados al máximo y la portada es increíble, el
ver sentado a Eddie Maiden en la silla eléctrica. El disco contine 11 canciones
de las cuales destacan: “Signo of the cross”, “Lord of the flies”, “Man on the edge”,
“Fortunes of war”, “the aftermath”, “Judgement of heaven”, “The Edge of
darkness” y “The unbeliever”. El disco salió a la venta el 2 de octubre de 1995
bajo el sello de EMI records.
Calificación: 8 de 10 puntos.
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